Nuestra compañera Carmen Romero nos deja este relato de lo que fue una magnífica noche montañera.
Quiero destacar que para mi lo más emotivo fue la presencia de Ángel Romero, padre de Carmen. Dá gusto ver como sube y como sabe disfrutar de la montaña, y nosotros con el.
Carmen dice: "El Viernes siete de agosto quedamos en
primera convocatoria a las ocho en el club y en segunda en el bar del cruce de Dólar, más o menos sobre las nueve para coger las pilas para subir al Chullo
Pensamos que íbamos sobre ocho o diez pero nos juntamos creo que 20, es decir el bar a tope.
Mi padre, Angel Romero que a sus 78 años subió estupendamente, iba bien ilusionado.
La noche perfecta y la luna también.
Algunos más rápidos y otros más lentos llegamos a la cumbre del Chullo contentos y helados porque corría una rasca increíble.
El año que viene a repetir."
La verdad es que la noche fue estupenda pero hacía un frio de quedarse helao. A la bajada, ya en los coches, marcaba el termómetro 5º C.
ResponderEliminarY una vez más reseñar que da gusto salir al monte con gente como Ángel Romero, todo un ejemplo.