El relato sobre la actividad, dejando aparte dolores agudos de tipo nefrítico o de espalda, podría ser este:
"Era una noche clara
(pronóstico meteorológico consultado) y sin embargo nevaba,
menos mal que construimos una cueva, pero como también se levantó viento, la nieve hasta dentro del saco me entraba
y la gente que en tienda dormía, con la nieve fina también trataba.
menos mal que construimos una cueva, pero como también se levantó viento, la nieve hasta dentro del saco me entraba
y la gente que en tienda dormía, con la nieve fina también trataba.
Alguien durmió semi a la intemperie y del frío casi dentro de
la funda vivac se meaba.
En fin, noche para tomarla con calma y contando las
horas para que amaneciese pronto, alguna listilla se lo olió y el campamento,
antes de que anocheciera con algunos que para casa se iban, abandonó
y como anfitrión, el zorro toa la comía nos quitó".
y como anfitrión, el zorro toa la comía nos quitó".
En fin, nada desesperante
y que no pudiese compensar un ratíco que a gusto echamos ,con los que el Domingo
se incorporaron a la actividad, en una buena taberna de la Calahorra.
Un saludo
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