
Rondan las 21h del Sábado, vamos por la autovía que nos devuelve a nuestras casas, aún con los pies un poco doloridos después de once horas de actividad.




Una vez en esta tocaba disfrutar, subir, bajar ,destrepar, travesías en nieve, corredores, un rapell, y una larga subida por la pala final que nos llevaría a la cumbre. Decir que toda la roca estaba tapizada de hielo, arrepellao por el viento, lo que en algún paso no hubo ni ganas de contar chistes.



Solía oirse con voz temblorosa la frase:
"Se sufre pero se aprende"
La vuelta no fué para menos, aristas de nieve, grandes palas del manto blanco que amenazantes nos servían para aligerar el paso, "por si las moscas..." y al final el aparcamiento.


Resumen, un día memorable por las risas que nos pegamos, el compañerismo de los mas experimentados con los "nuevos", el tiempo estupendo pese al viento, los bizcochos y la ensaladilla rusa que la "Fina" preparó con esas manos que no tienen precio.



La vuelta no fué para menos, aristas de nieve, grandes palas del manto blanco que amenazantes nos servían para aligerar el paso, "por si las moscas..." y al final el aparcamiento.


Resumen, un día memorable por las risas que nos pegamos, el compañerismo de los mas experimentados con los "nuevos", el tiempo estupendo pese al viento, los bizcochos y la ensaladilla rusa que la "Fina" preparó con esas manos que no tienen precio.


Texto: José Álvarez (El Quillo)
Fotos: José Álvarez y Ángel Álvarez (Gelu)
Bizcocho y Ensaladilla: Fina (Dios te bendiga)
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